Pese a publicar en 2010 el EP ‘Cuatro canciones’, seguido del single ‘Mil espejos/ Alarma nuclear’, no sería hasta aterrizar en Barcelona algunos años después cuando el proyecto personal del -también escritor- Saúl Ibáñez tomaría su forma definitiva. Desde entonces el autor de los poemarios ‘El desierto’, ‘Ropa de diario’ y ‘Noventa pastillas’, así como del ensayo ‘La violencia en Nick Cave’, ha pasado a formar parte de una sociedad a tres bien sólida, que completan Ernest Gómez (Salina, Wann) y Guillem Bonet (Mardemarmo).
Establecidos definitivamente como trío, Lullavy publican en 2014 ‘Conjuro’ (Martinete), single que abre la veda al punk rock en toda la cara para, acto seguido y concierto tras concierto, terminar de engrasar la maquinaria así como de izar la voz de Ibáñez, cual vela mayor de un navío que atraca por primera vez en ‘Ruina’ (2017), su primer álbum. Un intenso ejercicio de post hardcore con el nervio en vilo y el verbo afilado, un cancionero que parece ir con indisimulada alevosía, directo al hueso, a hacer daño.
Disco al que en 2020 ha dado continuidad ‘Garabato’, su segundo trabajo de studio, en este caso compartido con otra banda de rock descomunal, Conjunto podenco. ‘Garabato’ es el punto de encuentro entre dos bandas hermanadas, distintas, el universo compartido entre un grupo de amigos quienes, con sensibilidad y una manera de trabajar complementaria, nos hacen entrega de un artefacto espléndido, heterogéneo pero que funciona como una sola obra. Tarea hercúlea, album mayor.