Estribillos que se clavan al instante, como cuchillo en mantequilla caliente (…) FANZINE CORRIENTE Guillermo Cebrián
Si buscamos en el diccionario, la Real Academia Española define maganto como macilento, pensativo, triste. Sin embargo en la Vega Baja, que es donde encontramos las raíces familiares de Marcos Martínez, el vocablo adquiere un significado bien distinto y mucho más amplio, con acepciones de pillo e incluso perezoso. Es justo ahí, entre la fresura y la reflexión, donde damos con la esencia de las canciones de Maganto.
Después de militar en dos grupos con gran calado en la escena más subterránea de principios del milenio, como fueron Qualude y FlyingPigMatanza, Marcos Martínez emprende ahora su proyecto personal bajo el nombre de Maganto y con la guitarra como instrumento principal por primera vez, ya que anteriormente había tocado la batería y el piano respectivamente.
Las nuevas canciones pueden sugerir cierta continuación de las ideas y sonidos que ya bullían en las canciones de FlyingPigMatanza, aunque aquí la melodía, la sencillez y una urgencia pop mucho más explícita están prendadas de una profundidad lírica fascinante (tras el velo de una poética neorealista tan sutil como encantadora), que proyectan a Martínez al siguiente nivel de composición, entre los mejores de su generación.