Fajardo necesita apartado propio como intérprete y muy al margen del resto de la escena independiente. Estar ante el tipo, ahí, sentado con una guitarra y escuchar su voz por la sala (cerrar los ojos ante el impacto) supone una invitación a la catarsis, a la que no estamos demasiado acostumbrados. Desde la visceralidad hasta la delicadeza más jonda, la voz de Fajardo enfunda su propia estampa compositiva de forma hermosa y necesaria, y – como cauce para el arroyo – la harmonía vive de esa otra mitad complementaria.
Fajardo lo ha dejado todo al margen, es capaz de embargar su propio cuerpo, de disponer la palabra al servicio de unas canciones que persiguen verdad por todas partes. Hasta hoy, su carrera no ha hecho más que madurar hacia lo intransferible, proyectada a lo largo de un álbum homónimo en 2009, del fabuloso EP ‘Muñecos’ en 2011 y de dos splits (con Malcortado en 2010 y con los costarricenses Monte en 2012). Referencias a las que ahora se suma este single sin titular, adelanto de un próximo álbum que verá la luz este año. En palabras de Alfredo Arnaiz (Música de andar por casa):
-La única forma de explicar a Fajardo es dándole al play. Todo lo demás son habladurías, sus amigos comentan y hasta echan alguna broma a cuenta de la potencia de su voz, los que lo han visto en directo no lo olvidan, a los que traspasaron sus letras quedaron marcados y quien oyó su guitarra pensó que soñaba. Ahora nos presenta dos canciones que sirven de antesala al inminente ‘Arrullo magnético’, su segundo disco largo que Repetidor publicará este mismo 2015. Dos canciones que no han encontrado hueco en los surcos de ese próximo vinilo vaya usted a saber por qué. Pensada así la cosa asusta y alimenta nuestra impaciencia, ¿qué es lo que estará por venir?. Y es que tenemos delante dos magnificas piezas del ya de por si notable repertorio de este músico majorero. ‘La nieve’, la escuché por primera vez el tres de noviembre a las dos y pico de la mañana. El calor en Fuerteventura todavía hacia imposible dormir y me quedé helado, dentro, refugiado. ‘Mil muros’ es un prodigio encantador donde la voz de Fajardo vuela libre. Es de justicia pensar que en Repetidor, sello donde prima la calidad y la personalidad sobre estilos y etiquetas, se sentirá como pez en el agua (…)