Tras quince años de carrera y cuatro álbumes publicados con The Mistake, Daniel Álvarez publica ahora su primer EP como Best Niagara. ‘Las malas artes’ da continuidad al proyecto personal que el tinerfeño inauguró en 2012, con los singles ‘Ciudades inglesas’ y ‘Cabezas disecadas’. En este caso, le acompañan José A. López a la batería (Conjunto Podenco, Daylight in Red, Holy Disgrace) y José Fajardo al bajo (Fajardo, Conjunto Podenco). Las canciones aquí incluidas suponen el golpe que todo autor referencial aspira -y teme- asestar llegado el momento. Como en una suerte de clenasmo circular, los cuatro cortes tratan sobre un valiente asunto: la ruptura. ‘Las malas artes’ supone un contundente paso adelante en la trayectoria de Álvarez.
El tema que abre, y que da título al disco, contiene una primera frase que sirve como presentación de los hechos -Va siendo hora de sentarse/ a depurar las malas artes (…). Además de premonitoria, esta canción anticipa la imagen más explícita. Será en ‘El muro de agua’ donde se expone la insularidad como obstáculo insalvable, como separación física que puede llegar a convertirse en distanciamiento mental -Con el agua hicieron el muro que hoy nos separa (…).
La primera persona del singular, así como el uso exclusivo de instrumentos acústicos son las dos herramientas fundamentales con las que Best Niagara procura no distraer el mensaje. Toda una declaración de intenciones que, no obstante y desde el primer arpeggio, esconde juegos armónicos hermosos y sutiles irregularidades métricas con las que dilatar y deformar cada verso de forma sugerente. ‘Las malas artes’ es un objeto íntimo, la mirilla por la que se nos invita a observar un instante ajeno, la -pompa de jabón, lenta, que tocó el suelo y estalló (…).
