Tras la onomatopeya de su propio nombre, Jejeje esconde una elocuencia conceptual que hace brillar el minimalismo de su música, con la particular y juguetona perspicacia con la que el trío berlinés da puntada al hilo de cada una de sus canciones. Ahora, con una cinta split con Nunofyrbeeswax publicada en 2021, así como una generosa ristra de conciertos desde su formación en 2020, Jejeje publican por fin su primer álbum, titulado «Ambivalencia artificial».
Grabado y mezclado con José A. López en La caterva, en «Ambivalencia artificial» Zutoia Ríos (Muerte y destrucción, El relevo alemán), Jordi Tost (Parmesano, Nunofyrbeeswax) e Itacate (Roto) articulan un lenguaje propio con el que que constriñen las posibilidades del post-punk, gracias a métricas math max sutilmente monolíticas -incluso cortantes- sobre las que tejen melodías esquivas que dejan entrever su sensibilidad por lo antiornamental, así como una concisión discursiva que deviene poética. De esta forma, el disco plantea una recalibración (tanto individual como colectiva) ante el fenómeno de la uniformización social contemporáneo: Esto es; ante la pérdida de ambigüedad y diversidad en tiempos de inteligencia artificial, ante la reproducción de visionarios mainstream, ante la aceleración social, ante la reducción a etiquetas y ante la estética de lo pulido; su música supone un alegato a favor de la fricción, de la irritación y de la ambivalencia como palancas para la imaginación, la diversidad y lo alternativo.
«Evitacionismo» abre el disco con temor al enfrentamiento, a la complacencia y al autoengaño, mientras «Ser» ya es toda confusión, huida de la certeza y negación. «Hablar con la pared» remite a la manipulación y a cuestionar la realidad, así como a las consecuencia del gas lighting, para conducirnos a «Solas en casa». Canción clave en el repertorio, que afronta el reencuentro, la recalibración y reflexiona sobre la identidad. «Patético» confronta orden con caos y método con intuición, antes de embarcarnos en un viaje entre Lanzarote y Fuerteventura con gente atrapada en sus pantallas y «Peces voladores» a su alrededor. Luego la cara B empieza con «Miedo» (a desaprender y a redefinir nuestra liberación), antes de abordar el desarraigo migrante en «Copa triangular». Pues, según reza «Televisor», efectivamente el medio es el mensaje y, como tal, «Rayos X» define los umbrales de incertidumbre sobre los que se impone la certitud del control. Llegamos al final y, ante la fragilidad como constante -desde la primera nota del álbum-, «Socorrista» cierra «Ambivalencia artificial» con una llamada de atención al cuidado y a la dependencia, a la solidaridad.




















