Bordean los márgenes estilísticos del pop (…) LA PUBLICIDAD Javier Herrero
Desde que Tilde debutaran en dos mil nueve y a lo largo dos EPs y dos álbumes hasta la fecha, la banda formada por Lluvi Farré, Mati Pando, Carlos Sánchez, Carla Suzart y Mario Vélez ha ido definiendo una manera bien idiosincrásica de componer canciones. Forma especial que cristaliza en esta tercera y hermosa joya de estudio, que es su nuevo disco titulado ‘Algae’, anticipado hace unos meses por el maravilloso sencillo ‘Desapego’.
Grabado en directo y sin artificios de ningún tipo, en este nuevo álbum la banda de Barcelona consigue lograr el difícil equilibrio entre lo sutil y lo certero. Siempre a contracorriente, Tilde elaboran métrica y crónica desde los márgenes, confeccionando estructuras tan impredecibles como ricas en armonías, sobre las cuales se sustenta ese verbo tan suyo, de mención a parte. Verbo sumamente edificante, que parece estar en constante huida hacia la desambiguación y que dispone ante nosotros un doble plano figurativo: en él conviven canciones escritas desde la reflexión más íntima, con el asalto de una voz humilde pero consiente e incendiaria.
Ya desde la apertura del disco, en ‘Voz de una gitana’, sentimos la llamada del campo y salimos al encuentro de sus lagos y de sus cielos abiertos. Sensibilidad que volveremos a sentir más adelante, aunque sea desde otro ángulo. Concretamente en el llamamiento a la consciencia y al respeto por el medio ambiente que supone ‘Isla de plástico’. Luego la mecha se enciende con ‘El rey’ y prende en ‘Aborto clandestino’, hasta encontrarnos en pleno ecuador del disco con todo el repertorio a llamarada viva… Culminando en la magistral ‘Sal y farolas’, sentido homenaje a las víctimas de violación en guerras. En un plano menos literal, algo más introspectivo, ‘Cola verde’ inaugura la otra gran línea discursiva del disco. De su mano nos sumergirnos en ‘Desgastada camiseta’ y en ‘Suelto’. En ellas se despliega toda una nueva dimensión intuitiva, que es esencialmente poética. Si en dos mil diez y siete y gracias a su segundo largo, ‘Animares’, dimos con un grupo que sobresalía por su valentía, ahora en ‘Algae’, Tilde han hecho explícita su dimensión más lírica y andalusí, para cincelar un dedo en la llaga de proporciones monumentales. Un mastodonte de imaginario propio que se expande en múltiples direcciones.