Quince años después de su última aventura compartida, (Rekalde, 2008) Enrike Hurtado y Tzesne vuelven a unir fuerzas en este nuevo EP, titulado «Cartografías».
Visionarios de la música de vanguardia, las artes sonoras y la electrónica experimental en la península ibérica; así como referentes de lo industrial y del ambient; Tzesne ha publicado doce trabajos de estudio hasta la fecha, ha protagonizado acciones de activismo y de manipulación audiovisual junto a Paralux, colaborado en bandas tan opuestas como Gutural y guZural, tiene trabajos con el seudónimo de KKOPU e incluso amenaza con salirse de todo con una nueva propuesta, que llevará por nombre WIIZRAD… Suyo es un incesante reguero de lanzamientos y colaboraciones que ha visto la luz en sellos propios (SeriesNegras) y ajenos, tales como Abgurd, Drone, TIBProd, Mystery Sea o Eclectic Reactions (el último de ellos «Segmentos», Repetidor 2022). Por su parte Enrike Hurtado, además de colaborar con Miguel A. García, Ibon RG, Thor Magnusson o el cineasta experimental Jorge Núñez, ha realizado un doctorado por la Universidad del País Vasco sobre la relación entre la música experimental y la antigua tradición percusiva vasca de la txalaparta, ha publicado diversas obras con su propio nombre, así como bajo los seudónimos Bazterrak y Azunak en sellos como Crystalmine, Eclectic Reactions, Pan y rosas, Antena Br, Larraskito e Ixi-Audio. Su último trabajo, «20.20», salió con Repetidor en 2023.
Ahora, el cuerpo sonoro de la obra electrónica que nos ocupa supone un ejemplo magistral de estructuralismo conceptual. Pues la elegancia y dicción tan austera con las que el dúo da forma a cada una de las cartografías aquí incluidas, no lima ninguna de las estimulantes texturas que sobresalen a su forma minimal final. Y es ahí, seguramente, donde se condensa el enorme magnetismo de cada una de ellas, cuyo collage se completa con capturas y texto apropiado que proyectan la semántica del artefacto hacia el campo de lo post-industrial (lenguaje que ambos artistas dominan a la perfección). Esta música es enigmática y, como un pálpito, sus pulsos resuenan punzantes pero reverberan indefinidos… excitando con ello nuestra elucubración. Pues, desde los confines de la interpretación, bajos su influjo reproducimos asociaciones en cadena que concatenan ficción y realidad y, como si de un orbe híbrido se tratara, su sonido nos recuerda la inconsciencia del sueño, cuando la percepción alterada desdibuja los límites entre lo tangible y lo potencial (lo teórico y lo posible), liberando de una vez nuestra intuición. Disfrutad.
